Un Guayaquil salvaje entre la ciudad y la tierra del cacao

Guayaquil es una ciudad vibrante que ofrece todo tipo de actividades y servicios. Seguramente la asocias con sus malecones, fiesta y playa; pero si decides experimentarla desde una perspectiva menos común, te encontrarás con una ciudad que conserva algunas de las condiciones que te transportan al antiguo Guayaquil de la época del boom cacaotero en los siglos XVIII y XIX.

Manglares junto a Puerto Azul con nuestro equipo haciendo paddle con Paddlerider SUP Company. Foto: Enrique Avilés

En ese momento, el Ecuador era el mayor exportador mundial de «la pepa de oro» y Guayaquil era el principal puerto de salida. Una ciudad que vivía hacia los ríos y esteros, cuya sistema fluvial entre manglares y biodiversidad permitía llevar el cacao y el chocolate desde el campo a la ciudad. Luego, a través del puerto, transportaban los productos río abajo hacia el Océano Pacífico para llegar a los mercados internacionales.  Alrededor, un contexto salvaje delimitaba la ciudad, con seres como cocodrilos, monos, insectos y serpientes que formaban parte de la vida rural.

Cocodrilos en cautiverio en la Isla Santay. Foto: CP

A pesar de ser guayaquileña de nacimiento y haber viajado decenas de veces a la Perla del Pacífico, esta última experiencia me sorprendió como nunca antes: una naturaleza que, aunque altamente amenazada, sobrevive fuerte y salvaje para cautivar a quien decida explorarla. Por eso, junto al fotógrafo Enrique Avilés, decidí recorrer todo lo que hoy en día nos deja ese entorno en el que se desarrollaba el cacao, a través de las nuevas realidades de una urbe en expansión. Semana a semana te contaré sobre cada una de estas experiencias a detalle en Escape Natura.

El cacao: agricultura, ecología y chocolate

Recorriendo una plantación de cacao con machete en mano. Foto: Enrique Avilés

Las haciendas fueron importantes puntos de transición entre las áreas de producción y de comercio, en donde se procesaba el cacao junto a las plantaciones. El Ecuador está viviendo una época en la que se está incluso produciendo chocolate de calidad y tienes la oportunidad de experimentar el paisaje y la ecología de su producción paso a paso, en haciendas que aún se dedican a esta actividad. Cada subproducto del proceso tiene un destino para una producción de la cuna a la cuna y, personalmente, me sorprendí gratamente con el jugo de cacao hecho de la pulpa que rodea la pepa de la que se obtiene el chocolate. ¡Simplemente delicioso!

El contexto prístino de la Reserva Ecológica Manglares Churute

Caminando entre manglares camino al muelle. Foto: Enrique Avilés

El sistema fluvial fue durante mucho tiempo el principal sistema de transporte entre ecosistemas de manglar y su transición hacia el bosque, los cuales aún pueden ser explorados en un estado conservado. Desde que bajas de tu transporte reconoces un entorno natural saludable, con todo tipo de animales que se hacen presentes con su peculiar sonido: en el bosque los gritos de los monos aulladores resaltan sobre el fuerte zumbido de los insectos. En la zona de manglar, mientras más te acercas al agua, más destacan los cantos de diferentes aves. Hacerlo sin guía hubiera sido muy osado ya que, aunque no lo quieras, es muy alta la posibilidad de encontrarte con arañas y serpientes venenosas o con cocodrilos en el agua.

Navegando para el avistamiento de aves y búsqueda de cocodrilos. Foto: CP

Naturaleza dentro de la ciudad

En el Parque Histórico hay una muestra de los animales del lugar. Foto: Enrique Avilés

Guayaquil sigue siendo un centro importante de comercio y servicios para el país. Aunque la expansión urbana se ha hecho en gran medida como una mancha de cemento, para quienes buscan naturaleza dentro de la ciudad, aún hay alternativas. Junto a la bulliciosa actividad cotidiana, se encuentran algunos reductos de manglar y bosque donde puedes encontrarte con iguanas y una alta diversidad de aves a lo largo de los malecones del Estero Salado, o para hacer bicicleta en los senderos de Parque Samanes y la Isla Santay. El Parque Histórico es una excelente muestra del Guayaquil, tanto de los animales de la zona y como de la zona urbana y rural de la época del «Gran Cacao».

Cicleando por el bosque de Parque Samanes. Foto: Enrique Avilés

La Vía a la Costa es más que la salida al mar

Engabao, un pueblo de pescadores en donde también puedes hacer surf. Foto: Enrique Avilés

Hoy en día, la salida al mar se da por tierra ya que la navegación a través del río se ha ido perdiendo y no es común conseguir embarcaciones que quieran hacer el recorrido. Sin embargo, el camino puede llegar a ser incluso más atractivo que el destino si consideras aspectos ambientales, sociales y económicos que se encuentran en varias paradas de interés en la ruta a Playas. Desde la salida de Guayaquil puedes hacer paddle sobre una tabla con remo en el manglar en Puerto Azul, o realizar senderismo en Cerro Blanco. Puedes también visitar uno de los últimos muelles turísticos que navegan por el río Guayas en Puerto El Morro, donde puedes encontrarte con delfines y mirar el trabajo de personas que aún viven de la concha y el cangrejo que les provee el manglar. La devoción religiosa de los habitantes ha contribuido a la conservación de Cerro El Muerto donde tienes un mirador privilegiado. Finalmente, puedes detenerte por un poco de surf en Engabao, un pueblo de pescadores. Todo esto sin ni siquiera haber topado la arena.

Junto a Cerro El Muerto en El Morro mirando al bosque seco que se encuentra verde por el invierno. Foto: Enrique Avilés

Comida costeña

¡Foodie alert! Entre los desayunos, medias mañanas, almuerzos y cenas, podrías pasar el día entero descubriendo sabores y productos porque aquí, la oferta es enorme. Yo le confié la elección de restaurantes a Enrique quien, ya sea por el conocimiento local o su tradición familiar de buen comer, me llevó a los lugares precisos para deleitarme con sabores de la costa. Por donde vayas conseguirás un bolón con café de desayuno; prueba también las variadas sopas como el encebollado o la sopa marinera. En La Cevichería Guayaca ($) en Urdesa, por primera vez probé un ceviche de Jipijapa  que, con un toque de maní te rompe los esquemas. Si lo tuyo es lo gourmet, La Pizarra ($$) en Samborondón te permite probar tapas de autor inspiradas en los productos y costumbres ecuatorianos.

Tapas de autor y ceviche manaba. Fotos: Enrique Avilés

INFORMACIÓN GENERAL

Clima

En general, Guayaquil es una ciudad caliente con temperaturas que oscilan entre 31°C y 21°C entre el día y la noche y una alta humedad. Tiene dos estaciones: el invierno (enero-mayo) y verano (junio-diciembre). El invierno es soleado y con fuertes precipitaciones por lo que la humedad y el calor son altos y es cuando los locales consideran su temporada de playa. Es también la época de más insectos, por lo que, después de 50 picados, les recomiendo usar mucho repelente. El verano es más nublado y menos húmedo, por lo que las noches pueden ser frescas y requerir un saco (o sweater) ligero.

¿Cómo llegar?

Arrozales cerca de Santa Lucía, en la carretera al norte de Guayaquil. Foto: CP

Guayaquil es una de las dos grandes ciudades del Ecuador, por lo que tienes viajes de bus desde todo lado y vuelos desde las principales ciudades. Si viajas en carro, tienes una cantidad de alternativas en función a tu origen del trayecto y a qué parte de la ciudad quieres llegar; Google Maps o Waze son aplicaciones que te ayudarán con esa decisión.  En la ruta que escojas, las probabilidades de un paisaje agrícola cautivante son altas. En mi experiencia, la que menos recomiendo es la Troncal de la Costa desde Quevedo – Babahoyo – Durán ya que tiene mucho tráfico pesado. Algunas de mis rutas preferidas por el tipo de vía, el tráfico y el paisaje son: por el norte, Quevedo – El Empalme – Santa Lucía; desde la Sierra Centro, la Riobamba – Pallatanga – El Triunfo; desde el sur, el paso por Naranjal y Manglares Churute jamás te defraudará.

Fuentes oficiales

Sitio oficial del Municipio de Guayaquil – Da click aquí

Sitio oficial de la Prefectura de Guayas – Da click aquí

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2 comentarios en “Un Guayaquil salvaje entre la ciudad y la tierra del cacao

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