Es agosto, sopla el viento en Quito. Se acerca el fin de semana y todavía no tenemos planes. ¿Qué tal una escapada? El café humea en la mesa sobre un mapa del Ecuador bordeado de azul por su izquierda y manchado de verde a su derecha. De un lado la costa del Pacífico y del otro lado el cercano Oriente, la remota selva amazónica que ahora es nuestra vecina.Cuenca, Valladolid, Zamora. Los topónimos de origen español salpican el mapa, haciendo que uno tienda inevitablemente a buscar relaciones en lo incomparable. Entonces, un poco por casualidad, nos fijamos en Archidona, que lejos de su homóloga andaluza y sus áridos paisajes de olivos, descansa entre el verde manto de selva que baja rodando desde los Andes para perderse de vista en lo más profundo de la Amazonía.
También conocida como Archidona la Bella, es la segunda urbe más grande y poblada de la Provincia de Napo.
Bajamos del autobús y antes de aventurarnos selva adentro, es parada obligada el patio de comidas que gestionan las familias del lugar, donde reponer fuerzas a base de traguitos de la revitalizante guayusa, y probar los maitos, unos atados de hoja de bijao que se cocinan al calor del carbón. Los hay de pollo, de tilapia o de carachama, pero los más osados se atreverán con el de chontacuro, unas larvas de escarabajo grandes como elefantes.
La guayusa es una planta nativa de la selva ecuatoriana con un alto contenido en cafeína. En las comunidades amazónicas también es conocida como «el vigilante nocturno» pues se dice que induce sueños lúcidos.
Ahora sí, con las energías repuestas y el estómago lleno, nos atrevemos a descubrir los secretos que se ocultan bajo el entramado de hojas y ramas que se extiende alrededor, a sólo un paso del asfalto. Miramos hacia el cielo tratando de adivinar el clima, sabiendo de antemano que igual lloverá, que saldrá el sol, o que todo de una. Lo mismo da.
Un paso, dos pasos. Ya no hay marcha atrás, la selva te envuelve, te devora, te revela. Sólo hay que ser paciente, detenerse y escuchar, observar: esperar lo más grande para descubrir lo más diminuto.
¿Te atreves? Allá vamos.
MÚSICA: Mishqui Chullumbu – Yachak taki (canto del curandero), del álbum «De Taitas & de Mamas»
¿Cómo llegar?
Archidona se encuentra a medio camino entre el Puyo y Baeza, a tan sólo 8 km de Tena. Para llegar en auto:
- Desde Quito a 180 Km. se toma la vía Pifo – Papallacta – Baeza margen derecho hasta llegar a Archidona.
- Desde Ambato a 188 Km. se toma la vía Baños – Puyo – Tena – Archidona
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