Con tu perro, ¡a la naturaleza!

¿Alguna vez quisiste salir de paseo con tu perro, pero no estabas seguro de todo lo que implica? Con este artículo quiero ayudarte a experimentar el lado animal de tu perro para que disfruten los dos al máximo en la naturaleza.

Nuestras mascotas se han adaptado a la vida humana: siguen nuestras rutinas, viven en nuestra casa con nuestra «manada» y, aunque son felices con el amor que les damos, ese no es su lado natural. Por eso, dale la oportunidad de volver a su parte perruna en donde se puede desenvolver en base a su instinto y personalidad. Para quienes amamos a nuestro perro, verlo disfrutar de los olores nuevos, de intentar cazar insectos, de socializar con otros animales y correr libremente, no tiene precio.

El animal por sí mismo tendría otro tipo de ambiente. No restrinjas a tu perro de la experiencia real de ser un animal. Si estás dispuesto a salir a la naturaleza estás dispuesto a todo

Pablo Rosero

Conversé con dos expertos sobre cómo tener un perro sano y equilibrado en los paseos, para el bienestar de él y para mi felicidad. Carlos Cortez es un etólogo canino que trabaja todos los días con sus clientes aplicando sus conocimientos de sicología del comportamiento y movimiento de los perros. Pablo Rosero es un empresario dedicado a los servicios para perros y sus dueños, que ha encontrado clientes también en gente con malas experiencias en viajes con sus mascotas.

Aquí les comparto 9 consejos clave para llevar a tu perro a la naturaleza así como algunas de las ideas equivocadas que he escuchado durante los paseos (y que yo misma he aprendido a superar).

1. Lleva un perro educado y sociable

«¿Y si le suelto y mi perro se va y nunca regresa?» Si te haces esa pregunta probablemente debes conocerle un poco más a tu perro en un entorno controlado antes de ir a un paseo de naturaleza. Lo primero que debes tener es un perro educado que sea capaz de responder al ¨no¨, al ¨ven¨ o a cualquier otra orden que consideres conveniente. Si no es el caso, te expones a pasar un mal rato, a la posibilidad de que tu perro se cause daño a sí mismo o a incluso a otros. En segundo lugar, «tienes que tener perros sociables, perros capaces de entender que no todo lo que viene frente a ellos tiene que ser mordido», como señala Carlos. Si llevas un grupo de perros, tienen que poder interactuar entre ellos libremente. Si sabes que tu perro confía en tu liderazgo y él tiene tu confianza sobre lo que es capaz de hacer, tienes ya las condiciones de compartir un momento especial juntos en otro ambiente.

2. Escoge un destino de acuerdo a sus capacidades

«No le saco a mi perro porque se orina en el auto y se pone muy ansioso» Si a tu perro nunca le has acostumbrado a viajar, empieza por distancias cortas para no convertirlo en un suplicio para todos. No es una cuestión ni de raza, ni de personalidad, ni de tamaño del perro, es una cuestión de costumbre. Mi perro y yo hemos llegado a viajar incluso por 7 horas sin ningún problema. Escoge destinos que, tanto en recorrido para llegar como en esfuerzo  físico, sean acordes a lo que él sabe hacer. Los expertos entrevistados coinciden en que todo perro es capaz de irse de caminata de unos 4 kilómetros sin subidas ni bajadas demasiado empinadas. Así como nos pasa a los humanos, se puede avanzar encontrando el ritmo propio en el que se sientan cómodos. Es un paseo, no una carrera. Si quieres recorridos más largos y más complejos tendrás que usar tu mejor criterio en función a la raza de tu perro y su condición física. Lo mejor es ir haciéndolo progresivamente.

3. Prepara el equipo para tu perro

«Le compré una camiseta de explorador y unos zapatitos, está guapísimo» El equipo para el perro no se trata de ropa y, de hecho, no deberías vestirlo. Máximo ponle un pañuelo o distintivo en el cuello con un color vistoso. Con equipo me refiero a lo que necesitarás durante tu viaje para tu perro. Pablo nos lo resume en una lista que puedes tener siempre lista en una maleta: porción de comida, snacks de premio, el agua que está acostumbrado a tomar, herramientas para darle el agua y la comida, collar con su identificación, correa, arnés o pechera (sirve para ayudarlo en momentos difíciles del recorrido o si se asusta), fundas para recoger los desperdicios, una toalla para secarlo (puedes dejarla en el carro) y un botiquín básico. Este último lo puedes armar con sablón diluido, gasas, venda autoadhesiva, algún tipo de analgésico recomendado por tu veterinario y antibiótico para casos de ingesta.

4. Dale una alimentación adecuada

«Le voy a dar más comida para que tenga más energía para gastar» No le des más, el perro tiene su reserva de energía. De hecho, Pablo recomienda darle de comer menos al perro antes y durante el ejercicio para que el sistema digestivo no esté trabajando mucho, «no se va a morir por comer menos un día», dice. El día anterior le puedes dar lo mínimo de la porción de alimento o incluso la mitad. El día de la caminata no le des de comer hasta terminar el ejercicio. Si fuera una caminata larga como subir una montaña, puedes darle comida en la cumbre, pero solo poco. Carlos recomienda que le lleves snacks de carne  ya que es un alimento de calidad para el desgaste que está teniendo el perro, que no olvides es un carnívoro primario.

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5. Ofrécele unas buenas condiciones para el viaje

«Ponlo adelante para que saque la carita por la ventana.» Nunca lo lleves en el asiento de adelante, porque, al igual que con los niños, se trata de un tema de seguridad. Pablo recomienda llevarlo en kennel para que vaya más cómodo y seguro; así incluso te evitas que te ensucie el carro. Si no, lo mejor es llevarlo en la parte de atrás de los carros SUV, lo que algunos conocemos como la “perrera”. No es recomendable que vayan en el asiento con los demás, primero por seguridad y, segundo, porque la ley te lo prohíbe. Si no tienes otra alternativa, hay cinturones de seguridad especiales para perro, los cuales deben estar sujetos al arnés y no al cuello, porque en caso de un accidente puede lesionarse.  Si el viaje es largo, no te olvides de parar para que descanse un rato y haga sus necesidades. Si quieres que disfrute más, viaja con la ventana abierta para que perciba los distintos olores del camino.

6. Presta atención a su hidratación y temperatura

«Está jadeando mucho, dale más agua para que se recupere»  No se trata de dar agua, nada más. El jadeo es cómo el perro equilibra su temperatura, lo cual debe ser de afuera para adentro, como nos lo detalla Carlos. Tienes que estar atento a los indicios de cansancio, «él va a caminar porque te ama y te va a seguir hasta que se desplome», dice Carlos. Cuando camina junto a ti y mira al piso y te regresa a ver a ti una y otra vez, te está dando la señal de que está cansado. Lo que debes hacer es detener la marcha, mojarle el pecho donde no tiene pelo y la nuca, esto va a bajar su temperatura corporal. Luego, le das un par de sorbos de agua y en 10 minutos va a estar listo para otra marcha. Cuando el perro se enfría, el jadeo va a reducirse o desaparecer. Debes llevar el agua que el perro está acostumbrado a tomar y evitar al máximo que consuma agua de charcos empozados.

7. Permítele ser perro

«Pórtate bien mi bebé, no te pelees con los otros perritos; no le hagas tener iras a la mamá» Esto de humanizar a los perros y tratarlos como nuestros hijos se ha vuelto muy común. Sin embargo, recuerda que así lo veas como tu hijo, es tu hijo animal; si no le dejas vivir ese lado de su esencia le puedes hacer mucho daño. Por eso, dale libertad de socializar, oler, ensuciarse y explorar. Cuando se revuelcan contra el suelo es porque encontraron perfumes naturales que los perros se quieren frotar. «Son cosas que tienen que hacer para estar sanos sicológicamente, para entender los olores del mundo», explica Carlos. Cuando se mete en el lodo o en un río «es un fastidio cuando lo tienes que subir a un carro, pero el perro tiene que hacerlo, es parte de su instinto y los instintos primero.»

Un perro tiene que ser perro. Si le limitas sus conductas de cánido, lo estás humanizando; en muchos países el humanizar a un perro ya es maltrato animal.

Carlos Cortez

8. Anticípate a su respuesta al encontrar otros animales

«¡Es una bestia… se comió una gallina!» Pues sí, es un animal y su instinto está siempre presente. Hay razas de perros cazadores o pastores, por ejemplo, que van a encantarse por los pájaros, conejos, ovejas y otros animales en el camino. Si no sabes cómo puede reaccionar, lo mejor es llamarlo y usar la correa hasta alejarse de los animales. Si sabes que tu «no» es infalible, basta con que estés atento a utilizarlo. En mi caso, yo sé que ante una oveja o una gallina, la mejor alternativa para mi perro es cogerlo antes de que pierda la cabeza, así evito problemas con los dueños. Ten cuidado también de los animales grandes como vacas y caballos que puedan lastimar a tu perro de un patazo. Los perros en las zonas rurales son normalmente cuidadores y lo que hacen es ladrar para intimidar a quien se aproxima, no te van a atacar ni a ti ni a tu perro de primera. Si tu perro respeta ese aviso, no tendrá ningún problema.

9. Planifica el regreso a casa

«Si se ensucia, a mi carro no se sube…» No dejes que el fin del paseo opaque lo que fue un gran día. Seamos sinceros, tu perro se va a ensuciar. Lo mejor es que lleves algo para proteger tu carro para que así no te sientas incómodo. Lleva también una toalla para tu perro por si se moja, ya que el permanecer húmedo mucho tiempo le puede traer hongos a la piel, se le pudre la piel o incluso neumonía, si estás en un mal clima.

Espero que con esto tengas las herramientas necesarias para salir a la naturaleza a disfrutar con tu mascota su lado animal. ¡Anímate!

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